Acerca de mi propósito.

Y no de mí. Como tantos seres humanos, observo sombras en el mundo, oscuras y pesadas…, mas también percibo mucha luz emergiendo aquí y allá, como rayos débiles que se cuelan entre los negros nubarrones después de una tormenta. Me sumo al despertar de la consciencia en millones de personas, que venimos dándonos cuenta de que una tormenta, por fuerte y duradera que pueda ser, jamás podrá compararse al poder de la calma y de la luz.

Continúo cuestionándolo todo, revisando lo que di por cierto al escucharlo, leerlo o mirarlo. Así, ya puedo sentir y pensar por mí mismo, sin entregar jamás mi libertad de consciencia a organización humana ni sistema de pensamiento alguno.

Tengo y tendré mis propios aciertos y mis propios errores, sin más guía que lo que mi ser interno sea capaz de colegir, cada vez.