No son aceptables las declaraciones de integrantes de otros partidos ante la escasa participación de afiliados a RD en la elección interna de este último. Más bien es oportuno reiterar que observamos cada vez con mayor nitidez el fenómeno del rechazo que muchísima gente viene haciendo al Diseño de organización política instalado por las élites nacionales desde siempre.
La democracia -también en Chile- continúa siendo una ilusión que, sin embargo, parece evidenciarse cada vez más, para beneficio de la Ciudadanía en algún momento del futuro próximo.
Ocurre que menos del 5% de la población adulta se encuentra inscrita en algún partido político y que la mayoría de éstos sólo pudo sobrevivir al proceso de reinscripción, gracias al ardid de permitir el registro a través de correo electrónico adjuntando una copia de la cédula de identidad, un medio muy poco verificable.
Aunque RD apenas convocó al 8% de sus militantes para su reciente elección interna, ello no es sino una dura confirmación de la tendencia, ya bien marcada en todas las últimas elecciones internas de diversos partidos, donde ninguno consigue convocar siquiera la mitad de su respectivo padrón, sino más bien entre el 10% y el 30% del mismo.
Que la alta abstención general de la población en todas las elecciones de los últimos años, sea corroborada en el corazón de la clase política del país, es decir, en las elecciones internas de quienes detentan ese escaso 5% de ciudadanos registrados en alguno de los 28 partidos, es una señal muy elocuente de que existe espacio para considerar, finalmente, la posibilidad de acometer un sistema de organización nacional realmente democrático, esto es, altamente participativo y -por tanto- verdaderamente representativo.